miércoles, 20 de marzo de 2013

EL GÉNERO INVENTADO


El género es un concepto inventado socialmente
El género
 constructo social
Para desactivar las relaciones desiguales entre hombres y mujeres debemos comprender que el género es algo creado culturalmente. 

Texto Suzanne

“Todo lo biológico precisa ser socialmente construido para ser real” (Viñuales, O., 2008). Pero si la Biología busca el fundamento de la diferencia de sexos en la anatomía, menosprecia su significado social. La desigualdad de género no proviene de la anatomía, sino de la cultura. Hagamos una intensa síntesis de la historia de la mujer.

Texto Suzanne


Si nos basamos en los trabajos de Aparicio, P. (2003) en cuanto a la construcción del sexo y el género desde la antigüedad al siglo XIX (pp. 48-80), vemos que el primer problema interpretativo de la igualdad en la sociedad lo encontramos en el origen de nuestra era, y en la interpretación hecha de escritos en algunas religiones. En la judeocristiana, arraigada en nuestra cultura, la primera contradicción sobre la igualdad la encontramos en los dos primeros capítulos del Génesis. Mientras el primer capítulo del Génesis describe como la mujer y el hombre fueron creados a la vez, el segundo cuenta que ella fue arrancada de la costilla del hombre. Pero la historia eligió la segunda creando una desigualdad que además se apoyó en la religión. 



Posteriormente filósofos, médicos y otros hombres, considerados eruditos, marcaron la historia en los primeros siglos después de Cristo, en la manera de cómo debía comportarse la mujer partiendo de una desigualdad. Otra diferencia fue creada en la forma de cómo estaban formados sus órganos femeninos, siempre con una visión del sexo de la mujer como un ser incompleto respecto al hombre. 



Cuando comenzaron a realizarse disecciones de cuerpos, nada cambió, pues también eran interpretadas bajo un modelo de sexo único, debido a su visión androcéntrica, ya que en la antigüedad, se pensaba que habían dos géneros en un sólo sexo: se pensaba que los órganos genitales eran iguales, pero que la mujer los tenía hacia dentro. La diferencia la establecía el género. 



Por el género y la forma de los órganos sexuales se consideró a la mujer un hombre imperfecto, como imperfectos eran los demás seres que iban desde los animales a los hombres (Viñuales, O., 2008). Galeno y Aristóteles fueron los precursores del corpus hipocrático sobre que la mujer : “es un hombre disminuido, un varón imperfecto”, sentenciando una existencia diferente y radical entre el hombre y la mujer hasta el siglo XVII (Iglesias, P. , 2003). 

Podemos concluir que el modelo de mujer imperante hasta el siglo XIX fue el modelo de procreación. En las culturas donde imperaba el monoteísmo, también se imponía la mono genética y ésta determinaba el papel de los géneros. La mujer era como el campo donde se deposita la semilla, no era protagonista. (Viñuales, O., 2008). 



Después, el modelo desde el XIX fue un modelo reproductivo. Se cuestionó la teoría monista. La medicina avanzó en el descubrimiento biológico de los órganos femeninos. Entonces se siguió el modelo animal, dual: se atribuyó al sexo masculino un rol activo y dominante y al femenino pasivo dócil.




La diferencia entre sexo y género quedaba ligada y se establecía la reproducción como finalidad. 


Aunque en el siglo XX la relación de sexo se hizo independiente de la descendencia, el proceso cultural de asimilación de los roles estaba interiorizado en las sociedades. El género ha sido utilizado como estrategia política que sirve para gestionar la sexualidad humana y la diferenciación sexual. El dominio del género es una presencia de opinión pública que se impone de manera silenciosa. 

Como argumentaba el sociólogo Bordieu (pp.170:1990) la producción de una opinión está al alcance de todos, pero no todas tienen el mismo valor y las respuestas dependen de quien haga las preguntas. Así pues nuestra percepción del cuerpo, o cómo nos debemos relacionar y cuáles deben ser nuestros comportamientos como hombre o mujer, dependen de quien imponga el orden. Y durante muchos años el orden, el poder lo ha impuesto el hombre. 

A lo largo de los siglos, han sido hombres los que han opinado, argumentado y explicado desde la anatomía femenina hasta cómo debía ser el comportamiento y el orden social de las mujeres. La mujer tenía poco acceso a la educación, con lo que no podía ascender tampoco de clase social o adquirir poder. Cuando tenemos que analizar la historia de las mujeres, no encontramos apenas su opinión en casi ningún campo. Eran primordialmente los hombres los que argumentaban sobre la mujer, y siempre bajo una perspectiva de sexo imperfecto y subordinado. Cualquiera que haya llegado hasta aquí entenderá por qué la jerarquía del género tenía como interés entender a la mujer supeditada al hombre. Durante mucho tiempo, el androcentrismo, fue el sistema de pensamiento. El androcentrismo considera al ser humano de sexo masculino como el centro y medida de todas las cosas. (De la Cruz, I. y varios, 2002, p. 171).
Cada cultura se rige por unas normas sociales, jurídicas, familiares, de consumo, de convivencia o de supervivencia, por lo que el sexo y el género son conceptos que adquieren otras dimensiones distintas a las nuestras en otras partes del mundo. “El sistema sexo/género es el conjunto de normas que cada sociedad utiliza para transformar la sexualidad biológica en producto cultural”. (De la Cruz, I. y varios, 2002, p. 171). 

“El sexo es algo con lo que se nace. En la perspectiva de la ciencia occidental, existen tres marcadores biológicos: genitales, hormonas y cromosomas” (Miller, B. ,2011). El sexo explica las diferencias de sexo, ya que hay diferencias en la genitalidad pero ¿son realmente los órganos sexuales a los genitales? ¿por qué hemos establecido la diferencia de lo sexual en los genitales y no a otra parte del cuerpo?. Es el binomio sexo-género el que determina una búsqueda de diferencias. Si no construyésemos el género no podríamos hablar de homosexualidad o de heterosexualidad no existirían. Es el género “el que ordena nuestra identidad, práctica y orientación sexual. Es una estrategia política que gestiona la sexualidad humana y la diferenciación sexual” (Viñuales, O., 2008). 

“El género es una construcción cultural que define el conjunto de rasgos de lo que se considera masculino o femenino en un lugar y en un momento determinado”. (De la Cruz, I., 2002, pp. 151). Como cualquier aspecto cultural se puede modificar a lo largo de los tiempos. Además, según el tiempo o el lugar, lo incorrecto en una época puede ser correcto en otro tiempo o en otro lugar del mundo. 

Debido a la diferencia biológica entre hombres y mujeres la creencia durante mucho tiempo ha sido que todos los comportamientos están vinculados a la naturaleza del cuerpo, pero esto no es cierto, porque el rol de género se construye socialmente y la identidad de género comprenderá “el conjunto de roles, actitudes, expectativas y comportamientos asignados por él. (De la Cruz, I., 2002, pp. 152).


Así pues cuando hablamos de sexo nos referimos a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres y cuando hablemos de género a la clasificación realizada culturalmente entre lo femenino y lo masculino. Los géneros están en relación con la construcción social de los sexos.


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Referencias Bibliográficas y webgráficas

BORDIEU, P. (1990). La opinión pública no existe. Sociología y Cultura. Paidós Ibérica

DE LA CRUZ, I. Y VARIOS (2002) Introducción a la antropología para la intervención social. Valencia. Tirant lo Blanch.

IGLESIAS APARICIO, P. (2003 ) Mujer y Salud. Capítulo II. Construcción de sexo y género desde la Antigüedad al siglo XIX. Tesis doctoral “Las Pioneras de la medicina en Gran Bretaña”. http://webs.uvigo.es/pmayobre/colaboraciones.htm


MILLER, B. (2011). Antropología Cultural. UNED-Pearson.

VIÑUALES SARASA, O. (2008). La cadena simbólica: Relación entre sexo, género, prácticas sexuales y orientación sexual.En api.ning.com/.../OlgaViualesCADENASIMBLICAUimp2008.pdf -


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3 comentarios :

  1. Un artículo muy interesante. Mediante el género también nos olvidamos de que existen más de dos sexos.

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    1. En efecto. Lo biológico condiciona al género porque desde antes de nacer genera reflexividad, condiciona a los padres-madres a tratar a sus retoños de manera distinta, desde niños intentamos imitar roles, con los que a veces no tenemos por qué sentirnos bien. El género influye en el autoconcepto al compararse más tarde con el endogrupo y a la larga y de forma reincidente se produce un condicionamiento circular entre género y sexo.
      Hoy en día, al investigar sobre la desigualdad de género no se utiliza únicamente lo biológico o cultural, sino que se sabe que actúan uno sobre lo otro, y se siguen teorías de modelo biopsicosocial.

      Siguiendo esta línea y como usted bien dice existen más de dos sexos, pero también podríamos hablar de que existen más de dos géneros. Las dimensiones de polimorfismo sexual, con dimensiones (adjetivos) asociadas a estereotipos de género darían lugar a clasificaciones de género como homogenérico, heterogenérico, agenérico, biogenérico.

      Gracias por su comentario.

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