MUJERES EN EL MUNDO: MUJERES CON CARGAS: VOLVER A ESTUDIAR DESPUÉS DE LOS 40.

“Mamá ¿están ya las croquetas? Quiero cenar”.
“Mamá mañana tengo partido ¿y mi camiseta azul?”; “Mamá no queda Cola-Cao”. “Mamá, tengo que llevar lo que me pidió la de Lengua con el comentario. ¿Me ayudas?”

“Mujer, no sé de qué te quejas, deberías apuntarte al gimnasio, o a esas clases de pintura que siempre dices en lugar de decirlo. ¡Ah!.¿Mañana puedes llevar tú al niño al baloncesto?.

¿Alguien le preguntó a mamá qué le gustaría hacer?.

Texto: Suzanne.

Llega un momento en que los hijos se hacen mayores, pero se tiene tan interiorizado el plan casero ejercido durante años que la mujer, incluso trabajando fuera de la casa, no se plantea desarrollar su potencial, y más cuando diariamente se ve arrastrada por cuestiones domésticas que llenan la agenda.

Septiembre está a la vuelta de la esquina, y como todos los años nos llenamos de propósitos para comenzar un proyecto, un curso, una actividad deportiva, etc ¿Por qué no plantearnos retomar unos estudios?. Incluso es posible la Universidad. De todo ello, lo importante no será sólo el objetivo inicial, sino mantener hasta el final lo que se comience sin abandonarlo. Lamentarse de no hacer algo, y poner la excusa de “no era o no es el momento” no se corresponde la mayoría de las veces con la realidad, sino con la voluntad de la persona.

Es cierto que las mujeres con familia tienen más dificultades para mantener planes a largo plazo, se desgastan entre múltiples obligaciones y son requeridas por hijos, esposos y parejas a veces no directamente, pero sí en forma de reproches “indirectos”. Dependiendo de la fuerza con que interioricen un proyecto lo mantendrán o no por encima de otras prioridades.

Incluso las indecisas, que se deciden a ejercer su libertad de elección bajo el empujoncito animoso de “apúntate”, a la larga, si no reciben la comprensión inicial terminan abandonando lo que comenzaron porque tienen demasiado asumido su rol de género por encima de los intereses personales y llegan a sentirse culpables alterando el orden de lo personal a favor del resto de la familia. Así que el primer pasito será vencer las excusas y analizar si es necesario el resto de los “porqués”: Tiempo, economía, edad, complejos, etc…

La primera cuestión para no plantearse volver a la Universidad es la sensación de falta de tiempo, que proviene de cargar con múltiples tareas que podrían reorganizarse entre todos.

El problema del horario laboral, a veces se soluciona buscando centros con planes de estudio que permitan la conciliación. Un ejemplo es María, que se matriculó el año pasado para comenzar un Grado Universitario. Tiene 45 años, trabaja y tiene dos hijos terminando el Instituto. El plan de estudios actual de la Universidad no tiene nada que ver con el que ella abandonó en su día. Algunas universidades, como la Pablo de Olavide permiten horarios de forma alterna para las asignaturas, que pasan a ser impartidas un año de tarde y otro de mañana. Con esto María, también pudo hacer compatible su trabajo con los estudios, aunque su trayectoria académica será algo más larga que la de un joven no trabajador.

Respecto al obstáculo mental que tiene la edad a la hora de volver a la Universidad compartiendo clase con gente de 20 años, no debe suponer un hándicap. Al contrario, estudiar será una experiencia enriquecedora y vencer la vergüenza tendrá muchas satisfacciones. María encontró compañeros de su edad y también el apoyo de los jóvenes. Ahora tiene nuevas relaciones, nuevos objetivos e ilusiones gracias a que venció su miedo.

Desde el punto de vista económico estudiar en la Universidad es un gasto añadido, y no barato, pero siempre se puede acudir a las ayudas y becas públicas según la renta familiar y la nota media.

En conclusión, la edad y el trabajo no debe ser la excusa para no volver a estudiar si se desea. Pero hay que armarse de perseverancia, recibir un poco de comprensión y organización familiar.

La formación siempre es posible a cualquier edad.

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